Pretenden antiguos tratadistas que el tronco de este ilustre linaje haya sido el gascón Arnaldo de Bayán (o Gayán), quien a fines del siglo X habría fundado casa en Galicia, en el coto de Acevedo (a una legua de Villar de Frades, en tierras de la provincia de Orense. Un nieto de éste, Egas Gosindo Bayan, dícese que fue el fundador de una casa en Acevedo, de Portugal, de donde sus descendientes habrían tomado el apellido. Más adelante, los Acevedo portugueses pasaron a España y entroncaron con los condes de Monterrey (V. ULLOA) por el enlace de D. Diego de Acevedo Fonseca y Ulloa con Dª Francisca de Zúñiga, II condesa de Monterrey (hija de D. Sancho Sánchez de Ulloa, I conde de Monterrey, y de Dª Teresa de Zúñiga, vizcondesa de Monterrey) que casó con él en primeras nupcias, y en segundas con D. Fernando de Andrade y Zúñiga (V. ANDRADE) . En Galicia existen muchas casas blasonadas con las Armas de los Acevedos: en la villa orensana de Verín; el Porriño ostenta todavía las piedras armeras de la casa conocida bajo el nombre de Vila de Adre; en la casa de Lubre (Ares, provincia de La Coruña) he visto escudos de los Acevedo en los que se echa de ver su entronque con los SOLLOSO; los de Cambados (Los Pazos) unían las Armas de los Acevedo con las de los FONSECA. Acerca de los Acevedo de la casa de Ramiranes trae muchos datos D. José Espinosa Rodríguez , consignando la casa blasonada del Porriño, la fundación de un mayorazgo en 12-IV-1611 por D. Rodrigo Pereyra de Castro, caballero de Santiago, y su esposa Dª Ana de Abreu Acevedo, en nombre de su hijo D. Pedro de Acevedo, casado con Dª Juana de Sotomayor (hija y heredera del capitán D. Antonio Mosquera Puga Sandoval, señor de Ramiranes al que sucedió su hija Dª Escolástica, casada con D. Antonio de Acevedo Troncoso; en 1757 vivía en Porriño D. Luis Antonio de Acevedo, señor de Ramiranes. Entroncaron en Galicia con familias muy distinguidas, como la de los ABRALDES, OCA, YEBRA, CADÓRNIGA, PATINO, ARIAS DE SAAVEDRA, TABOADA, RIBADENEIRA, BERMUDEZ, etc. Dª Carmen Varela Bermúdez (hija de D. José Varela Bermúdez y de Dª Socorro Bermúdez de Acevedo) recibió de S. M. D. Alfonso XII, en 1876, el Título de condesa de Ramiranes, siendo su esposo, su pariente D. José Bermúdez de la Fuente. Su primogénito, Don Alfonso, en 1930, a la muerte de su madre, solicitó el mismo Título; fue víctima de los revolucionarios marxistas; era conde de Ramiranes, maestrante de Ronda con antigüedad de 1902 y mayordomo de semana de Don Alfonso XIII desde enero de 1906. Su hermano Don José Ml. Bermúdez Varela poseía el Título de IV conde de Ramiranes; era III conde de Castelo; estaba casado con Doña María del Consuelo González-Álvarez y Álvarez; era caballero maestrante de Ronda desde 1902 e infanzón de Illescas desde 1927. Falleció recientemente. El Catálogo de Basanta cita a Don Alonso de Acevedo y Don Domingo de Acevedo, de Paradela, en 1557; Don Juan de Acevedo, de Tuy, en el año 1551; Don Vicente Cayetano Acevedo, de San Salvador de Viones (municipio de Abegondo, provincia de La Coruña), en 1802; todos los cuales hicieron informaciones de nobleza en la Real Chancillería de Valladolid. Se extendieron por Portugal, Salamanca, Andalucía, Asturias, Vascongadas, etc., y por toda América. Línea de los Condes de Monterrey ARNALDO DE BAYÁN, gascón, dícese que vino a España por los años de 983, y levantó casa en Galicia, en el coto de Acevedo, en la raya orensana de Portugal, como a una legua de Villar de Frades; tuvo por hijo a GOSINDO ARNÁLDEZ, que sirvió a Don Fernando, el Grande, y tuvo por hijo a EGAS GOSINDO BAYÁN, que casó con Doña Ebescua Biegas y tuvo un hijo que pasó a Portugal, radicándose en el lugar de Acevedo y tomando este nombre por apellido; había casado con Doña Sancha Pérez y tuvo dos hijos: Men (o Melendo) Pérez de Acevedo y Fernán Pérez de Acevedo. De este segundo, que pasó a servir en España a Don Alfonso VI y asistió a la conquista de Toledo, proceden muchos caballeros de este linaje de Acevedo en Castilla. Su hermano Men Pérez de Acevedo fue tronco de los de Portugal, siendo su descendiente PEDRO MÉNDEZ ACEVEDO, privado de Don Alfonso III de Portugal, que se halló en la conquista de Sevilla con San Fernando; casó con Doña Velasquita Ruiz y tuvo por hijo a SUERO PÉREZ DE ACEVEDO, que vino de embajador a Castilla y tuvo por hijo a PÁEZ SUÁREZ DE ACEVEDO, padre de VASCO PÉREZ DE ACEVEDO. Tercer nieto de éste fue DON DIEGO GONZÁLEZ DE ACEVEDO, que pasó a Castilla y tuvo por hijo a DON JUAN GONZÁLEZ DE ACEVEDO, del Consejo de los reyes Don Enrique III y Don Juan II de Castilla; casó con Doña Aldonza Díaz Maldonado (su sepulcro existe en San Francisco de Salamanca), y tuvo por hijo a DON DIEGO GONZÁLEZ DE ACEVEDO, contador del reino de Castilla, que luchó al lado de Don Juan II y Don Enrique IV de Castilla contra los moros; casó con Doña Catalina de Fonseca y tuvo por hijo a 1. Don Juan González de Fonseca, que sigue la línea 2. Don Alonso de Acevedo y Fonseca. 3. Don Luis de Acevedo y Fonseca. 4. Doña Aldonza de Acevedo y Fonseca. 5. Doña María de Acevedo y Fonseca. DON JUAN GONZÁLEZ DE FONSECA, falleció sin sucesión, sucediéndole en el mayorazgo su hermano DON ALONSO DE ACEVEDO Y FONSECA, arzosbispo de Santiago y patriarca de Alejandría (V. FONSECA), quien tuvo de Doña María de Ulloa a Don Diego de Fonseca, que sigue la línea y al arzobispo de Santiago y de Toledo, Don Alonso de Acevedo Fonseca y Ulloa (III arzobispo Fonseca). Sucedióle en el mayorazgo DON DIEGO DE ACEVEDO FONSECA Y ULLOA, señor de Cambados, que casó con Doña Francisca de Zúñiga Ulloa y Biedma, II condesa de Monterrey, y tuvo por hijo a DON ALONSO DE ACEVEDO Y ZÚÑIGA, III conde de Monterrey, señor de los estados de Biedma y Ulloa, de la casa de Ribera y demás mayorazgos de Acevedo Fonseca; fue pertiguero mayor de Santiago, servidor de Don Carlos V; casó con Doña María de Pimentel (hija de Don Alonso Pimentel, V conde de Benavente y de Doña Inés Mendoza; V. PIMENTEL); fue adelantado de Cazorla y luchó en Viena, contra Solimán; fueron vecinos de Salamanca; tuvieron por hijo a Don Diego, caballero de Santiago en 1545, y a DON JERÓNIMO DE ACEVEDO Y ZÚÑIGA, IV conde de Monterrey, que casó con Doña Inés de Velasco (hija de Don Juan Velasco y Tovar, marqués de Berlanga y de Doña Juana Enríquez de Ribera); tuvieron por hijo a DON GASPAR DE ACEVEDO Y ZÚÑIGA (o DE ZÚÑIGA ACEVEDO Y FONSECA), V conde de Monterrey, virrey y capitán general de Méjico, donde dejó tan grato recuerdo y una extensa región con el nombre de su condado virrey de Perú, al que nos hemos referido más arriba, y donde falleció; tuvieron por hijo a DON MANUEL DE ACEVEDO Y ZÚÑIGA, VI conde de Monterrey, que falleció sin descendencia y de quien nos hemos ocupado anteriormente. El condado de Monterrey pasó a los Zúñiga, luego a MÉNDEZ DE HARO y después a los ÁLVAREZ de TOLEDO, habiendo sido el XVI conde el recientemente fallecido Duque de Alba. Línea de los Condes de Fuentes de Valdepero DON ALONSO DE ACEVEDO FONSECA Y ULLOA (III de los Fonsecas), tuvo de Doña Juana de Pimentel a DON DIEGO DE ACEVEDO FONSECA, señor de la villa de Fuentes de Valdepero y de algunos lugares del arzobispado de Santiago; fue válido de Don Felipe II, con quien pasó a Inglaterra; casó con su prima, Doña Elvira de Acevedo y fue enterrado en Salamanca, dejando por hija a DOÑA JUANA DE ACEVEDO Y FONSECA, a la que Don Felipe II concedió en 1572 el condado de Fuentes de Valdepero; fue señora de Cambados y casó con Don Pedro Enríquez de Guzmán, llamado de Acevedo, capitán general de Flandes y de Portugal, gobernador del estado de Milán, del Consejo de Estado, comendador de los Santos, en la Orden de Santiago. De sus dos esposos no tuvo sucesión esta señora, por lo que sus señoríos pasaron a los conde de Monterrey, y últimamente a sus sucesores, los duques de Alba. Los de la Casa de Ramiranes (ayuntamiento del partido judicial de Celanova) y entronque con los Duques de Patiño DON PEDRO VÁZQUEZ ACEVEDO, casó con Doña Luisa Rodríguez de Castro; fueron vecinos de la ciudad de Tuy, donde pasaron ante el escribano Andrés Ferreiro, en 15-VI-1622, la escritura de fundación de vínculo y mayorazgo en favor de su hijo DON PEDRO ACEVEDO Y ULLOA (o Acebedo y Troncoso de Lira), señor de Castrelo Vello, Viladoadro y Torre Budiño; casó con Doña Juana Mosquera Sotomayor, Señora de Ramiranes, así como de los cotos de Cobas y Godanes (hija de Don Antonio Mosquera Sandoval y de Doña Beatriz Suárez de Rivera: V. ENRÍQUEZ, Casa de Ramiranes). Ambos esposos fundaron mayorazgo de todos sus bienes en favor de su hija Dª ESCOLÁSTICA MOSQUERA ACEVEDO SOTOMAYOR, la cual contrajo matrimonio con su pariente, D. Antonio de Acebedo y Lira (hijo de D. Rodrigo de Castro Pereira, y de Dª Ana de Abreu, vecinos del Porriño, los cuales fundaron vínculo y mayorazgo de tercio y quinto en favor de su hijo, pasando la escritura ante Gaspar de la Carrera, el 11-VI-1656), después de obtenida la dispensa de parentesco, en 30-VI-1617; tuvo por hijos a D. LUIS DE ACEBEDO Y LIRA (o Acebedo y Abraldes), el cual casó con Dª Antonia Jacinta Rivera Sotomayor, señora de la jurisdicción de Preguecido y su casatorre, así como del mayorazgo fundado por el canónigo de Santiago, D. Gómez de Villardefrancos, en 1538. Era Dª Antonia Jacinta hija del capitán de Caballos, D. Baltasar Álvarez de Rivera y Sotomayor, y de su esposa, Dª Francisca Ibáñez de Carbajal y Sarmiento de Sotomayor; tuvo por hijos a D. JOSÉ FRANCISCO DE ACEBEDO Y RIVERA, coronel de Milicias de la casa de Santiago, en sucesión de su padre, el cual había desempeñado el mismo cargo; casó con Dª Melchora Abraldes y Vega (hija de D. Juan Abraldes y de Dª María Teresa de Vega Portocarrero: V. ABRALDES; los de la Casa de Santiago y señores de Guimarans). Dª Melchora fue hermana de D. Juan Antonio Abraldes de Mendoza, señor de Guimarans, en cuya casa falleció en 1782. D. José y Dª Melchora fueron padres de 1. Dª Baltasara Acebedo y Abraldes, quien casó con D. Antonio Correa. 2. Dª María, quien casó con D. José Pereira de Castro (Lisboa). 3. D. Antonio Luis Acevedo y Abraldes, quien sigue la línea. D. ANTONIO LUIS DE ACEBEDO Y ABRALDES, nacido en Sta. María de Arrabaldo, cerca de la ciudad de Orense; fue señor de Ramiranes, Cobas, Godanes y otras jurisdicciones; coronel de Milicias de la ciudad; de Tuy; casó con Dª María Ana Francisca Yebra Oca Pimentel, natural de San Pedro de Láncara (hija de D. Isidro de Yebra y de Dª María Yebra Oca Pimentel: V. ENRÍQUEZ. Casa de Veiga de Camba); y tuvo por hijos a 1. D. Ramón de Acebedo Yebra y Oca, quien sigue la línea 2. D. Pedro José de Acebedo y Yebra, teniente de navío de la Armada, nacido en San Pedro de Láncara, en 1759. 3. Dª María de Acebedo y Yebra, la cual casó con D. Juan Antonio Patiño. IV duque de Patiño, empadronado como noble en Pontevedra, 1754, capitán de nobles de las compañías de Tuy; hijo de Nicolás Patiño, III duque de Patiño, y de Dª Francisca de la Chica Sandoval y Rojas, ambos naturales de la ciudad de Córdoba; nieto de D. Juan Antonio de Patiño y Lamas, II duque de Patino, y de Dª Juana de Sequeiros, sobrina del II Conde de Priegue; bisnieto de D. Baltasar Patiño Saavedra y Moscoso, dueño de las casas solares del Rebel, del Faro (por lo que también se les llamó duques de Faro), de Asentín, de Cadaval y otras en Galicia y en Portugal; de la casa de Zepedal, con su fuerte. Según el ms. de O-C., recibió de D. Felipe V el título de duque de Faro en 1710, y falleció en 1715: es también llamado el I duque de Patiño (Nápoles, 1713), fue señor del Pazo de Villalonga, llamado del Rebel, y sus sucesores poseyeron también los de Baludío, Sangenjo, etc.: (V. PATIÑO, línea de los Duques de Faro, o de Patiño). Fueron padres de Dª María de Acebedo y D. Juan Antonio Patiño, de D. Juan de Dios Patiño y Acebedo, nacido en la villa del Porriño, 1778, y guardia marina en 1796. 4. Dª Pelaya, quien casó con D. Juan Somoza Cadórniga. 5. Dª Luisa, quien casó con D. Lope de Silva Vasconcellos, en Portugal. D. RAMÓN DE ACEBEDO YEBRA Y OCA, nacido en Sta. María de Arrabaldo, y fue señor de Ramiranes y demás jurisdicciones heredadas de su mayores, habiendo desempeñado el cargo de coronel provincial de Santiago; casó con Dª María Jerónima Bermúdez Ribadeneira (hija de D. José María Bermúdez Pardiñas y Villardefrancos, y de Dª María Jerónima Ribadeneira Bolaños y Castro: V. BERMÚDEZ, Casa de Mandiaa); tuvo por hijos a Dª MARIA DEL CARMEN ACEBEDO BERMÚDEZ, la cual matrimonió con su tío D. Pedro Bermúdez de Ribadeneira, maestrante de Ronda, alguacil mayor del Santo Oficio en Santiago de Compostela; señor jurisdiccional de Pardiñas y Villardefrancos, de Jubia con su puerto y las salinas de Caranza, señor de Santa Cecilia de Trasancos y su casa del Monte, del pazo de Soelle en la feligresía de Santa Eugenia de Mandiaa (cerca de Ferrol, e inmediata a la de San Salvador de Serantes), de Otero de Lamas, de Cedeira, et. (V. BERMÚDEZ DE CASTRO, Casa de Mandiaa, donde se hallar la continuación de este linaje. Un Acevedo desconocido: El Marqués de Monteleó y sus sucesores Un ilustre diplomático español, unido a Galicia por diversas circunstancias, así como por sus apellidos, exige que le recordemos, y aún le demos a conocer a la mayoría de los lectores de esta obra: D. ISIDRO ACEVEDO CASADO DE ROSALES, I Marqués de Monteleón. Sabíase que los Marqueses de Monteleón habían tenido su casa blasonada en la Rúa Nova, o Rúa Alta, de la villa de Pontevedra, donde subsiste todavía. Por su apellido de Acevedo entroncaba con los Patiño (como se puede ver por la genealogía anterior); los Casado fueron buenos hidalgos que dejaron huella en tierras de Bayona y del Valle Miñor; conocemos líneas enteras de Rosales, con escudos, enterramiento y casa en Santa Cristina de Lavadores, como tendremos ocasión de ver; pero del famoso diplomático que nos ocupa no era fácil hallar vestigios, ni siquiera en los curiosos Documentos... para la Historia de Pontevedra, donde recobran nueva vida tantas antiguallas. Solamente se habla allí de la Marquesa de Monteleón, en varios sitios, Dª Mª Manuela Puga y Gago, bautizada en 11-I-1724 (hija de D. Lorenzo de Puga y Gago, bautizada en 29-VIII-1688, y de Dª Josefa de Soto Hermida; V. GAGO), la cual, teniendo en cuenta la cronología, tuvo que ser la esposa del I Marqués de Monteleón. Esta señora recibió una donación que sus padres le hicieron en Marin (22-V11-1754), y sostuvo un pleito famoso con Dª María Ignacia de Gago, parte del cual es el Memorial ajustado... del pleito... entre Dª María Manuela de Puga y Gago, Marquesa viuda de Monteleón... y Dª María Ignacia de Gago (impreso en 1770, cuando aún vivía su marido). Fue en el magnífico diccionario de Moreri, y en uno de sus apéndices, donde tropezamos en CAZADO DE ACEVEDO DE ROSALES (sic), con datos curiosos sobre este ilustre personaje. Dícese que se trata del Marqués de Monteleón, ministro de Estado en España, que en 1701 había sido enviado de Felipe V al Duque de Mantua, el cual a la sazón se encontraba en Venecia. Supo ganarse la estima de este Duque, al que alentó a tomar partido por Felipe V; y que reconocido éste a sus servicios, asignó a D. Isidro una pensión de 3.000 escudos, creándole a su regreso Marqués de Monteleón, vizconde de Alcázar-Real, miembro del gran Consejo de Indias y chambelán. Fue después en calidad de ministro a Génova, y en 1712, en calidad de segundo plenipotenciario, al congreso de Utrecht, donde firmó la paz con Inglaterra, Holanda, Portugal y Savoya. En 1713 partió para Inglaterra como embajador de España, permaneció allí hasta 1720, en que salió para La Haya, para desempeñar el mismo cargo. En 1726 aparece nombrado plenipotenciario en Italia, de parte del Rey de España. Falleció en Venecia, el 1-XI-1733 (donde se hallaba como embajador). Nos son conocidos los nombres de sus hijos: Antonio, que en 1721 raptó una hija del conde danés de Guldenstein, y de Francisco, que casó en 1726 con la hija mayor del Marqués de Campo Florido. Todo ello sumamente interesante, y que nos da el hilo para comprender porqué en la villa de Pontevedra aparece algún escudo de los de Campo Florido, como el que bajo el número 2.348 figura en la Sección Lapidar del Museo Arqueológico. Todas estas noticias hallaron subsiguiente confirmación al caer en nuestras manos, por fina delicadeza de su autor, D. Eugenio Sarrablo Aguaneles, el magnífico libro dedicado a estudiar otra gran figura de la diplomacia española: El Conde de Fuenclara, Sevilla, 1955. Véase lo que dice en la página 92: "Por entonces (1733) murió en Venecia el que era a la sazón Embajador allí de España, Marqués de Monteleón, que había sido antes Ministro en Génova, en Londres, en La Haya, y plenipotenciario para tratar la paz, en nombre de España, en diversas ocasiones. Era un primo de los Patiño, por parte de madre, milanés como ellos y se llamaba Isidro Casado de Rosales. Por haber convencido al último Duque de Mantua de que admitiera guarnición francesa, fue creado, por Felipe V, Marqués de Monteleón, vizconde de Alcázar-Real, miembro del Consejo de Indias y gentilhombre de Cámara para premiar los servicios que prestó a la causa franco-española, y gratificado, además, con una pensión de 3.000 escudos (1701). Dejó fama de ser un hombre encantador, de exterior y agradable y de maneras muy abiertas y amables". Como se ve son las noticias de Moreri, pero con una cita de la Revue d' Histoire Diplomatique, 1953, página 366, donde Paul Canestrier nos habla, en una nota, del carácter y aptitudes diplomáticas de este personaje, en el artículo titulado: Les intrigues diplomatiques autour du second mariage du dernier Duc. de Mantoue texto primero pertenece a una carta de M. de Cambiages, del 7-IV-1704, y dice así: "Espagnol, titulaire de Castille, établi a Milan pour une charge de vice-président des Indes, il a lquote extérieur si agréable et des manieres si ouvertes, si aimables, que jeánquote ai guere passé du temps avec plus de plaisir que je nquote ai fait avec lui... il gouberne le duc de Mantoue. Cquote est lquote Espagnol le plus Franqais ququote on saurait voir..." .Despréndese de aquí que, no tanto era de Milán, cuanto que desempeñaba en Milán un cargo importante, además de otras cosas, que confirma a su vez el Mariscal Tessé, citado en la misma nota, en una carta del 28-IV-1704: "C est un veritable et vertueux espagnol, Lequel a joint aux bonnes qualités des honnetes gens de sa nation, toute lquote industrie, le savoir faire et la pénétration dquote un Italien" . Los nombres de los hijos del primer Marqués de Monteleón son los dados por Moreri. Cuando el Conde de Fuenclara sucedió en la embajada de Venecia a D. Isidro Acevedo Casado de Rosales, escribía a Patiño el 8-IV-1735, pidiéndole se protegiera a D. Francisco Casado, hijo del Marqués de Monteleón, en el pleito que sostenía con la Marquesa de Campoflorido. D. Francisco hallábase casado, desde 1726, con la hija de los marqueses de este nombre. Puesto que Dª María Puga y Gago es llamada repetidas veces marquesa de Monteleón, y como tal aparece como hermana de la Venerable Orden Tercera de San Francisco, de Pontevedra, en 1723 (Documentos, Tomo II, página 724), así como en otras ocasiones; y como quiera que D. Isidro no fallece hasta el año de 1733, hay que concluir que ella fue la esposa de este insigne diplomático, cuyo título dejó huella hasta el día de hoy en la población pontevedresa. El otorgamiento del mismo se llevó a cabo por Real Derecho de 24-XII-1701. En la lista, incompleta, de pontevedreses ilustres que Celso García de la Riega coloca al fin de su obra La Gallega, Nave capitana de Colón (Pontevedra, 1897) nos da el nombre de D. PEDRO CASADO Y DE ROSALES, como II Marqués de Monteleón e hijo de Pontevedra. Y efectivamente, así sucedió, aunque este nombre no aparezca citado en los documentos mencionados anteriormente Por hallazgos curiosos que hemos tenido la fortuna de encontrar en el Archivo General de Simancas, se confirma la noticia plenamente, y podremos agregar curiosas noticias a este breve estudio de una familia de la que hasta el presente hablaban los eruditos, pero sin conocer pormenores algunos acerca de ella. El Título de marqués de Monteleón, concedido por Real Decreto de 11-VI-1701, y cuyo Real Derecho hemos dicho que fue otorgado el 24 de diciembre del mismo año (Simancas, D. G. T., Legajo 726, folio 27) debía contribuir al Real Servicio de Lanzas con 3.600 reales de vellón al año "que valen 122.400 maravedises para el sueldo de cinco soldados de Presidio... y corresponden a 20 Lanzas o Ginetes, con que, estaba obligado cada título en ocasiones de guerra". Como la Hacienda debía al I Marqués, y por consiguiente a sus sucesores, con una gruesa suma, originada de la pensión citada de 3.000 ducados otorgada al I Marqués, como queda dicho, de ahí que se llevasen a efecto averiguaciones por la Dirección General de Tesoro sobre el paradero y condición económica de los marqueses de Monteleón; todo lo cual nos suministra ahora las noticias que buscábamos a cerca de esta familia. En septiembre de 1744, el Marqués de Monteleón vivía en el puerto Marín (Simancas, L. G. T., Leg. 871, folio 12). Se pide al alcalde mayor de Pontevedra que informe reservadamente de las rentas que posee el Marqués de Monteleón, D. Pedro Casado. Este debía por entonces, por razón del servicio de lanzas y de la media annata, la gruesa suma de 4.860,990 maravedises. Se le llama hijo de D. Isidro Casado. Residía en Marín, "habrá cosa de un año"). En el informe secreto de D. Pablo Quirós Miranda, dícese que "después que vino de la Corte hasta el tiempo que dejó dicho..., en ninguno de estos dos parajes, ni en otro del reino, sé que tenga bienes ni rentas; sólo sí en el arrabal de esta villa (Pontevedra) al que se le da nombre de la Moureira y Calle de La Rúa Nueva, mandó fabricar una casa con su huerta, en territorio de D. Fernando Evaristo Tavares y Mendoza, y por reconocimiento de dominio, le paga en cada un año sesenta reales de vellón. Este caballero se ve muy faltoso de medios, pues para mantenerse se deshizo ya de cuantas alhajas tenía, pues le faltan los socorros que le venían de Génova y Venecia, los que le dirigía, según noticias, un hermano que tenía en esa Corte, consejero de Indias, el que según las mismas noticias se falleció. Tienen una hermana en Génova, y acaso se haría señora de todo el caudal, del que cuidaba el conde de San Sarí, esto mejor se sabrá ahí...". Este informe lleva fecha del 15-XI-1744. El hermano aludido es D. Francisco. La madre de D. Pedro, Dª María Manuela Puga y Gago, era pariente muy próximo de los Tavares, Mendoza, pontevedreses (V. GAGO), con lo que se explica la erección de la casa de la Moureira, todavía subsistente, a la que alude la relación anterior. Y el Título de marqués de Monteleón había recaído en D. Pedro en 1734, al fallecer su padre en Venecia. D. Francisco, su hermano, fue, efectivamente, consejero de Indias, y agrega un documento "el que no parece fue título, por haber recaído éste en su hermano mayor, que se dice estar en La Coruña". D Francisco, falleció el 21-VII-1744. Tenemos, pues, que D. Pedro se estableció primero en Coruña y más tarde en Pontevedra. Cerca de Marín, en la feligresía de Piñeiro, poseían los familiares de su madre varias casas (V. GAGO) . Una carta curiosísima conservada en el archivo de Simancas, que escribió Don Pedro Casado a Don Pedro Díaz de Mendoza, desde Pontevedra, con fecha del 14-IX-1744, nos revela multitud de pormenores sobre esta desgraciada familia. La pondremos casi íntegra, corrigiendo la anárquica ortografía de su autor. Afirma que desde el año 1727 se hallaba desterrado en este reino (de Galicia) por orden y derecho de Su Majestad, pero no explica los motivos. En el año de diez me embarqué para la Nueva España, con el empleo de capitán de Guardias del virrey, Duque de Linares; y después, el año veintidós, me restituí a la de Londres, a donde se hallaba mi padre por embajador de Su Majestad; y en el año veintitrés pasó a Holanda, en compañía de mi padre, y en dicho año me remitió mi padre a España, con recluta de 170 hombres, cuya gente era para las Reales Guardias Valonas de Su Majestad; y la entregó‚ al Excelentísimo Señor. Almendares, comandante que se hallaba de las Armas de Su Majestad. en San Sebastián; de que siempre me halló fuera de la potestad paterna de mi padre; de cuya razón, y de la que Vuestra Señoría. desea, que justifique las sucesiones que hubiese habido en este Título, menos podrá‚ dar a Vuestra Señoría. las circunstancias que tuviese la cédula; porque en mi poder no paran papeles algunos, ni de caudales que hubiese dejado mi padre al tiempo de su fallecimiento; ni menos testamento, por haber muerto repentinamente, sin haber dejado algunas disposiciones por algún papel; y, hechas varias diligencias en las de Venecia, adonde residía por embajador de Su Majestad ni por el secretario suyo, sólo se me previno por mi hermano difunto, que me escribió, no había que esperar cosa alguna de mi padre; y que si se hallaba alguna cortedad de plata labrada, alhajas de casa, y pinturas de poco precio... pertenecía todo a la difunta de nuestra madre, y que todo ello podía mi padre usufructuar en los días de su vida y que constaba el crédito, que alcanzaba contra Su Majestad de los sueldos y gastos extraordinarios de cuarenta y ocho mil doblones; extendiéndose que anualmente Su Majestad en el tiempo de la renuncia le señaló anualmente veinticuatro mil pesos anuales durante su vida, los cuales pudiese comer adonde gustase; y que si quisiese proseguir en el real servicio de su corona, no solamente se le debían pagar los dichos veinticuatro mil pesos, como así gesto todos los gastos extraordinarios que se ofreciesen en expediciones concernientes al real servicio de Su Majestad; y que ésta era la herencia que había dejado nuestro padre a tres varones que éramos, y mi persona es el primer hijo; el segundo, Don José Francisco, que pocos días hace se halla difunto; y Don Antonio, que hacen cuatro años se hallaba difunto; y una hermana, que vive en Milán. " Señor: con este aviso, que mi hermano me dio desde aquella Venecia, puse luego la demanda ante el Excelentísimo Señor. Don José Patiño, mi Tío, viese el modo de poner en mano de Su Majestad. el memorial, para que la piedad de Su Majestad, mandase cubrir dicho crédito; se me respondió que Su Majestad. se hallaba hoy en día imposibilitado, que su Real Hacienda (no) podía sufrir este débito tan crecido, hasta que pudiesen pagar por entero, y que quedaba a su cargo fuese satisfecha dicha cantidad; y con esto me vi obligado, con el consentimiento de mis dos hermanos, a vender la poca plata, muebles, y demás cosas que tuviesen algún valor, para pagar las deudas a diferentes acreedores, sólo con la esperanza de este buen pago; y hasta ahora no se han dado las providencias de la satisfacción de este crédito que, de haberse efectuado, no hubiera yo dado lugar a Vuestra Señoría. la molestia de hacerme el cargo de los cinco cuentos, cuatro cientos ochenta y seis mil novecientos y noventa maravedises... Le aseguro a Vuestra Señoría. que lo poco que me ha quedado de mi padre... son tan cortos mis alimentos, que sabe Dios cómo lo paso; y si tuviese efecto, no me hubiera mantenido en este reino como hasta aquí, y me hubiera pasado a mi tierra, a la Lombardía, Además, señor, yo no soy señor de vasallajes, ni tengo mayorazgo alguno, ni palmo de tierra en que poder labrar, ni mi padre me dejó caudales para fundar mayorazgo; bien sí gastó, disipó cuanto nuestra madre nos dejó, en el real servicio de Vuestra Majestad como es público y notorio en toda Europa; lo mismo en otra ocasión quedó Vuestra Señoría informado por Don Juan García San Román, y por carta mía, escrita al subdelegado de Vuestra Señoría en este reino, lo que llevo referido. "Vuestra Señoría perdone lo dilatado que soy, y mándeme en cosas de su agrado. Nuestro Señor me lo guarde a Vuestra Señoría los muchos años. Pontevedra, septiembre, 12, de 1744, años". La exposición de las razones del II marqués de Monteleón debieron ser tenidas en cuenta por cierto tiempo, del Archivo de Simancas, se dice lo que adeudaba, pero agregando para cuyo pago está manado, en virtud de Real Orden, que se descuenten de un crédito que le pertenece contra la Real Hacienda. Por otro documento del mismo archivo, conocemos que DON JOSE MELCHOR CASADO DE VELASCO, III marqués de Monteleón, fue también el último que disfrutó de este Título. Llamábasele así por 18-IV-1796, agregando que residía en la villa de Muros. Pide se le exima de pagar los 28.800 reales de vellón que debía por razón de Lanzas atrasadas, y en atención a los méritos de sus ascendientes, así como por la extrema indigencia en que se hallaba; y en caso de que no se le conceda dicha gracia, renuncia el expresado Título para que se recoja y cancele. Y en efecto, agregan los papeles de Simancas, "por Real Orden comunicada en 13 de junio de 1796, se mandó recoger y cancelar este Título, a solicitud de su poseedor, Don Melchor Casado de Velasco" . Del mismo se afirma que era nieto de Don Isidro, I marqués de Monteleón; hijo de Don Pedro; pero no se da el nombre de su madre. Los Acevedo de Vigo Los Acevedo de Vigo, con casas en la calle Imperial y en lugar de Coya, descendían de un portugués llamado SAN JUAN DE ACEVEDO, que vivía en Tuy en la primera mitad del siglo XVI, bachiller, según Basanta, y es el que figura ganando carta ejecutoria de nobleza por la Real Chancillería de Valladolid en 1551. Pasó a Vigo y casó con Doña María Colwell Sanjurjo, tuvieron por hijo a DON DIEGO DE ACEVEDO Y COLWELL, que casó con la viguesa, Doña Elvira Prego Méndez de Sotomayor y tuvieron por hijo a DON JUAN DE ACEVEDO, que casó en 1643 con Doña María Colwell Troncoso de Lira y tuvieron por hijo a DON DIEGO ACEVEDO, que casó con Doña Juana Pardo de Estrada y tuvieron por hijo a DON JACINTO DE ACEVEDO, que casó con la dama asturiana Doña Josefa Navia y tuvieron por hijo a DON MANUEL JACINTO ACEVEDO Y NAVIA, bautizado en la Colegiata de Vigo en 1710; se dio a la carrera de las armas, mandó el regimiento provincial de Pontevedra por 1746 y fue comandante general de la provincia de Tuy; ascendió a brigadier y a mariscal de campo en 1770 y falleció en Asturias en 1783; casó en Asturias con Doña María Josefa Pola Navia de San Joaquín, en 1759, y tuvieron por hijo a 1. DON VICENTE DE ACEVEDO Y POLA, militar que llegó a teniente general, en cuyo cargo luchó con las tropas napoleónicas en la batalla de Espinosa de los Monteros, donde fue herido y luego muerto. Tuvo por ayudante al tristemente célebre Riego. 2. Don José María Acevedo y Pola, el famoso Padre Cadete (cuya vida escribió el carmelita Padre Dámaso de la Presentación), fue bautizado en la Colegiata de Vigo en 1763; tuvo por padrino al Padre Isla: dejó el uniforme militar por el hábito de carmelita y se santificó en las batuecas, donde llevó una vida admirable de austeridades y contemplación. 3. Don Manuel María de Acevedo y Pola, bautizado en la Colegiata viguesa el 19-I-1769; estudió leyes en Oviedo, trabajando primero con el Conde de Campomanes y luego en el bufete del célebre Jovellanos; unas veces desterrado y otras jefe político en Asturias, emigró al exterior, volviendo en 1833 a España, donde fue procurador en Cortes, diputado en 1836 por la provincia de Pontevedra, senador por la de Oviedo, etc.; falleció en 1840. El escudo de los Acevedo de Vigo lo describe así el señor Espinosa Rodríguez: Escudo cuartelado en cruz y en él figura un águila sin corona explayada que mira a la diestra sosteniendo en cada una de sus patas una varilla en cuya mitad hay una figura circular, que son las armas de los Acevedos". La piedra de Armas que reproduce este autor tiene, además, las Armas de los SOTOMAYOR Y TRONCOSO, con las de Acevedo en el escusón. En Colombia Juan Flórez de Ocáriz cita, entre la gente que entró en tierras colombianas con el gobernador, Jerónimo de Lobrón, en el año de 1541, a Francisco Álvarez de Acevedo y a Fernando Álvarez de Acevedo, éste el primero que trajo de la isla de la Margarita, por tierra de Llanos, el primer ganado vacuno que entró en el Nuevo Reino de Granada. Según la Enciclopedia de Carraffa los Acevedo de Aragón descendían de Galicia. De la misma procedencia sospechamos que sería aquel DON BERNARDO DE PEÑALOSA ACEVEDO, nacido en Molina de Aragón, en el obispado de Simancas, que pasó a Indias en 1555 y sirvió al rey en las provincias de Trujillo, Mérida y Pamplona; tuvieron por hijo a DOÑA ELVIRA PEÑALOSA DE ACEVEDO RANGEL, que casó con Don Francisco Gómez de Orozco y Rojas, encomendero de Cáchira (j. de Vélez, en el nuevo Reino de Granada), por herencia de su abuelo, el conquistador, Don Pedro Gómez de Orozco.
Armas de los Acevedo: Terciado en faja: 1.º, de azur, con tres flores de lis de oro, en triángulo; 2.º, de oro, con cinco roeles de gules, en sotuer, y 3.º, de gules, con un lobo pasante de su color. La línea de Vizcaya y los marqueses de Monterrey: Cuartelado: 1.º y 4.º, de oro, con un acebo de sinople, y 2.º y 3.º, de plata, con un lobo pasante de gules. Bordura general de gules con ocho sotueres de oro. Este mismo escudo aparece en piedra en varios lugares de Trasmiera. Sin la bordura nos lo presenta L. de Barreda y Mena, en su obra Blasones y Linajes Montañeses. Algunos de Orense (pues otros como los de Verin, traían el árbol y el lebrel): Cuartelado: Primero, de oro, con un águila de sable; Segundo y Tercero de azur, con cinco estrellas de plata; y Cuarto, de sinople, con un creciente de plata, ranversado; bordura de gules con ocho sotueres de oro. Los de Méjico las mismas Armas que estos últimos de Orense. Según Cotarelo: En campo de oro, un acebo de sinople, y dos lobos de sable, pasantes, al pie del tronco. Figuras importantes de este linaje fueron varios de los condes de Monterrey y los arzobispos FONSECA, que se hallarán al hablar de este apellido. No podemos pasar en silencio la gallarda y simpática figura de aquel V conde de Monterrey, Don Gaspar de Zúñiga Acevedo Fonseca, uno de los mejores virreyes que España mandó a tierras de Méjico y del Perú, a quien los indios mejicanos acompañaban llorando cuando se trasladó a este último país. Hombre de honradez acrisolada, gobernó, desde Lima toda la América del Sur española desde 1595 a 1603, invirtiendo en limosnas sus cuantiosas rentas. Comisionó a Francisco de Alfaro para que hiciese dar cumplimiento a las órdenes que eximían a los indios de todo servicio personal; favoreció las empresas de Fernández de Quirós para llevar a buen término nuevos descubrimientos; envió gruesas sumas a España y, sobre su sepulcro, en la iglesia franciscana de Lima, mandó que grabasen aquella inscripción, que es un compendio de su honestidad inmaculada en el manejo de los negocios públicos MALO MORIQUAM FOEDAR.: PREFIERO LA MUERTE ANTES QUE MANCHARME. También Don Manuel de Acevedo y Zúñiga, VI conde de Monterrey, cuñado del Conde-duque de Olivares, se vio por esta circunstancia elevado a muy importantes cargos. aunque su capacidad como hacendista y como militar distaban mucho de lo que fuera de desear en los días decadentes para España en que le tocó vivir, grande de España en 1628; gentil hombre de cámara de Felipe IV y su embajador en Roma; presidente del Consejo de Italia; virrey de Nápoles en 1631, facilitó hombres y pertrechos al Marqués de Santa Cruz para las infortunadas acciones en el Sur de Francia, que las tempestades impidieron; general de la guerra con Portugal en 1641, no fue bien recibido por algunos capitanes, que conocían su carencia de dotes militares; cuando en 1643 cayó el de Olivares, se retiró también de la vida pública. Los de Méjico traen: Cuartelado en cruz, 1º de azur, cinco estrellas de plata puestas en sotuer; 2º de sinople, un creciente de plata ranversado; 3º de oro, un águila de sable; y 4º de plata, un león rampante de gules.
Armas de los Acevedo: Terciado en faja: 1.º, de azur, con tres flores de lis de oro, en triángulo; 2.º, de oro, con cinco roeles de gules, en sotuer, y 3.º, de gules, con un lobo pasante de su color. La línea de Vizcaya y los marqueses de Monterrey: Cuartelado: 1.º y 4.º, de oro, con un acebo de sinople, y 2.º y 3.º, de plata, con un lobo pasante de gules. Bordura general de gules con ocho sotueres de oro. Este mismo escudo aparece en piedra en varios lugares de Trasmiera. Sin la bordura nos lo presenta L. de Barreda y Mena, en su obra Blasones y Linajes Montañeses. Algunos de Orense (pues otros como los de Verin, traían el árbol y el lebrel): Cuartelado: Primero, de oro, con un águila de sable; Segundo y Tercero de azur, con cinco estrellas de plata; y Cuarto, de sinople, con un creciente de plata, ranversado; bordura de gules con ocho sotueres de oro. Los de Méjico las mismas Armas que estos últimos de Orense. Según Cotarelo: En campo de oro, un acebo de sinople, y dos lobos de sable, pasantes, al pie del tronco. Figuras importantes de este linaje fueron varios de los condes de Monterrey y los arzobispos FONSECA, que se hallarán al hablar de este apellido. No podemos pasar en silencio la gallarda y simpática figura de aquel V conde de Monterrey, Don Gaspar de Zúñiga Acevedo Fonseca, uno de los mejores virreyes que España mandó a tierras de Méjico y del Perú, a quien los indios mejicanos acompañaban llorando cuando se trasladó a este último país. Hombre de honradez acrisolada, gobernó, desde Lima toda la América del Sur española desde 1595 a 1603, invirtiendo en limosnas sus cuantiosas rentas. Comisionó a Francisco de Alfaro para que hiciese dar cumplimiento a las órdenes que eximían a los indios de todo servicio personal; favoreció las empresas de Fernández de Quirós para llevar a buen término nuevos descubrimientos; envió gruesas sumas a España y, sobre su sepulcro, en la iglesia franciscana de Lima, mandó que grabasen aquella inscripción, que es un compendio de su honestidad inmaculada en el manejo de los negocios públicos MALO MORIQUAM FOEDAR.: PREFIERO LA MUERTE ANTES QUE MANCHARME. También Don Manuel de Acevedo y Zúñiga, VI conde de Monterrey, cuñado del Conde-duque de Olivares, se vio por esta circunstancia elevado a muy importantes cargos. aunque su capacidad como hacendista y como militar distaban mucho de lo que fuera de desear en los días decadentes para España en que le tocó vivir, grande de España en 1628; gentil hombre de cámara de Felipe IV y su embajador en Roma; presidente del Consejo de Italia; virrey de Nápoles en 1631, facilitó hombres y pertrechos al Marqués de Santa Cruz para las infortunadas acciones en el Sur de Francia, que las tempestades impidieron; general de la guerra con Portugal en 1641, no fue bien recibido por algunos capitanes, que conocían su carencia de dotes militares; cuando en 1643 cayó el de Olivares, se retiró también de la vida pública. Los de Méjico traen: Cuartelado en cruz, 1º de azur, cinco estrellas de plata puestas en sotuer; 2º de sinople, un creciente de plata ranversado; 3º de oro, un águila de sable; y 4º de plata, un león rampante de gules.
MI BISABUELO RAMON GONZALEZ ACEVEDO DECIENDE DE ESTE LINAJE ,
ResponderEliminarMI BISABUELO RAMON GONZALEZ ACEVEDO INMIGRO A CUBA EN EL 1861 APROXIMADAMENTE
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